Apuntes sobre la Felicidad

La felicidad, desde un punto de vista neurobiológico, se basa en cuatro pilares fundamentales.

La salud, si no hay salud, si hay dolor o sufrimiento, si se ha perdido el apetito, el sueño, la serenidad, el bienestar… no se puede ser feliz. Por ello es tan importante tanto evitar que se presenten como que se reviertan aquellas enfermedades que expresaron nuestros progenitores, modificando el estilo de vida, la alimentación y la expresión emocional patogénica. Conseguir este objetivo y llegar a tomar el control de nuestra salud influye muy positivamente en el segundo pilar de la felicidad:

La autoestima, si no nos queremos difícilmente podremos ser felices. Para el desarrollo de la autoestima es imprescindible plantear nuestros propios objetivos de crecimiento personal, independientemente de lo que pensamos que los demás esperan de nosotros o de los que la moda imperante en el sistema social que nos hace esclavos de un modelo impuesto. Todo ello sin abusar de terceros, somos seres sociales y nuestra autoestima se refuerza cuando prestamos ayuda a quien lo necesita, ello nos hace querernos mas.

La ausencia de necesidades. Si reflexionamos un poco nos daremos cuenta de que pocas son las necesidades a cubrir para estar satisfecho de forma natural, el hambre, la sed, el confort térmico, el descanso, la ausencia de dolor, sufrimiento y amenazas, la seguridad en la enfermedad o en la necesidad, el bienestar de los seres queridos, la pertenencia al grupo o familia y poco mas. Hay que reflexionar sobre la gran cantidad de necesidades creadas por el sistema  para fomentar el consumo, base de la economía, que condicionan un estado de insatisfacción y frustración que se compensa mediante la adquisición de objetos innecesarios para asemejarnos al modelo imperante. Podemos estar frustrados y en disonancia por que tenemos hambre, calor o sed, pero nunca deberíamos estarlo por el tamaño de los pechos o por la ropa de marca. No se encuentra mas pleno quien mas tiene sino quien menos necesita.

Las fuentes de dopamina. Si existe un neurotransmisor implicado directamente con la felicidad, ese es la dopamina.  Generamos dopamina frente a la anticipación de comer (si tenemos hambre), de beber (si tenemos sed), de dormir (si estamos cansados), de ponernos junto al fuego (si tenemos frio) o de un chapuzón (si tenemos calor), de copular, de descansar… La dopamina es el neurotransmisor encargado de marcarnos el camino hacia la conducta que nos lleva a la homeostasis, pero también es uno de los neurotransmisores que median en la recompensa de las conductas de conservación animal (comer, beber, dormir, copular, abrigo…).

La alimentación, la hidratación, el sueño, el descanso, el confort térmico, la copula, la eliminación de residuos… son fuentes de dopamina, nos alegran la vida tanto el acto en si como la anticipación al mismo. A menudo utilizamos sustancias que generan dopamina (alcohol, tabaco, cocaína, heroína, benzodiacepinas…) y desajustamos los delicados equilibrios entre neurotransmisores y receptores cerebrales perdiéndose la capacidad de disfrute natural de la vida. En otras ocasiones llevamos a la compulsión conductas naturales que generan dopamina como pasa frecuentemente con los alimentos (la mitad de la población adulta es obesa, esta sobre alimentada) o el sexo convirtiéndose en pautas comportamentales adictivas, comer sin apetito o sabiendo que nos hace daño o beber sin ganas no genera dopamina. Lo mismo pasa con las compras, las nuevas tecnologías, el uso de internet, el juego patológico, etc. Se busca la recompensa inmediata que no llega por el desequilibrio neuroquímico debido al abuso, las conductas se hacen compulsivas y sin control. Se envenenan las fuentes de dopamina.

Un factor importante en estos aspectos son los constructos motivacionales que podemos generar de forma voluntaria para obtener disparos de dopamina. Si somos capaces de elaborar constructos motivacionales básicos y saludables podemos estar recibiendo continuamente la recompensa de la dopamina. De esta manera, planificar la comida para cuando haya hambre es constructo cuya anticipación nos va a generar dopamina. Así mismo el desenlace de un buen libro o serie, el descanso tras el deporte, la reunión de tarde con los amigos, la programación de un viaje, el acercamiento a una persona deseada o el crecimiento personal van a ser fuentes básicas y saludables de dopamina.

Finalmente reflexionemos sobre el hecho de que Elon Musk o Bill Gates tienen un sistema neurobiológico de motivación y recompensa exactamente igual al de cualquier otro mortal, sus niveles de dopamina no son superiores a los del resto de los mortales, todo lo contrario, la satisfacción que un ser humano alcanza con un domingo de playa es la misma que la que alcanzan Elon o Bill en un vuelo suborbital, pero con un coste y una factibilidad mucho mas alcanzable.

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